Un poquito mas de 13 años, nos separa desde aquel 2003 cuando empezamos a buscar nuestro primer perro de raza, centrados por que siempre nos han apasionado las razas nórdicas y tipo spitz, Siberianos, malamutes, carelias, razas algo mas conocidas entonces y populares, hasta que un día y ojeando uno de nuestros cientos de libros sobre perros dimos con uno llamado Akita-inu
Nuestra andadura comenzó cuando quisimos comprar nuestro primer Akita-inu, que allá en el 2003 era escasísimo en España, en ese tiempo contactamos con varios criadores de la raza, lamentablemente muchos de ellos ya no criaban esta raza o tenían planeadas camadas pero estos estaban muy solicitados.
Después de un año de búsqueda, pudimos contactar con una criadora que tenia su primera camada de una pareja de ejemplares importados de Italia Daichi y Sakuranokaori del criadero Kajitsu No de Roberto Brutti y Giovana Rossi, uno de los criaderos mas importantes y conocidos de aquellos años.
A si pues nos dispusimos a visitar el criadero Shunyou Kensha de Silvia Exposito, allí pudimos conocer y ver sus perros, después de charlar un rato, quedamos enamorados de una joven hembra llamada Kajitsu No Chikara, una hembra del mismo criadero italiano que iba a ser cruzada con un campeón japonés, uno de los perros que a la postre ha sido uno de los padres de la raza en Europa y en Japón, el mítico, Hokuun No Ryushou Go Watanabe por aquel entonces propiedad de Patrick Suard, del criadero Francés La Valle des Dragons Sacres ( D’Obakosow)
Convencidos con la raza, y con los perros que vimos allí en Vitoria, decidimos adquirir un cachorro, una hembra de esa pareja Kajitsu No Chikara & Hokuun No Ryusho Go Watanabee, unos meses después llego Nakie, recuerdo que cuando fuimos a recogerla y la primera vez que la tuve en mis brazos creí que era de cristal, casi no sabia ni como agarrarla, estaba embargado de emoción sin ninguna duda.
Poco a poco Nakie fue creciendo, y su aspecto y nuestra percepción fue cambiando sobre esa pequeña bola de pelo tan frágil, que parecía vaticinar que ante nosotros se abría un mundo hasta ahora desconocido, ser propietario de un Akita-inu.
Perreros desde que tenemos uso de razón, y habiendo tenido otros perros de otras razas y cruzados mixtos etc. jamás habíamos conocido un perro como lo es el Akita!
Basta decir que Nakie, con 4 meses era el perro mas majestuoso, terco, orgulloso, desobediente y sobre todo mas bello ue había visto en mi vida, nos gustaba pensar que era como un diamante en bruto del que no puedes apreciar su esplendor hasta no haberlo pulido.
Y así fue…
Nakie fue creciendo y su carácter también se fue amoldando a nosotros, como nos encanta dar largos paseos por el campo, la perra se convirtió en uno mas de la manada, un perro del que gustaba disfrutar, pues era cariñosa, obediente, una gran cazadora que junto a su madre adoptiva Baby, cruce de huskie y pastor belga formaban una pareja que mas de un cazador hubiese querido en su rehala, y una excelente guardiana, con un sexto sentido especial,, con una conexión especial dueño-perro desconocida para mi hasta entonces.
Con Nakie nos introducimos también en este mundillo de las exposiciones de belleza, nuestra primera expo y nuestro debut fue en Barcelona, en la europea de junio de 2004, donde conseguimos quedar mejor cachorro hembra, y traernos el titulo de Esperanza Europea 2004, que mejor debut.
También asistimos a algunas expos mas, Pamplona, Amurrio, Portugalete, Zaragoza, y fuimos cogiendo soltura.
Fabi y Nakie en la Expo Europea de 2004
Yo y Nakie en la expo internacional de Pamplona 2005
Cuando Nakie se hizo adulta, se convirtió en una hembra preciosa, con un cuerpo muy compacto, algo abarrilado incluso, típico de la línea materna, tenia buena talla, buen hueso, y una expresión preciosa, además de cómo he mencionado antes ser un perra muy equilibrada, y muy capaz.
Y llego el momento en el que decidimos que una perra como ella, equilibrada, saludable, de buena tipicidad y buen pedigrí, tenia que dejarnos descendencia, así que comenzamos la búsqueda, como he mencionado antes, el akita inu a diferencia de ahora contaba con pocos ejemplares y sobre todo con pocas líneas, con poco pool genético para criar aquí en España y en Europa en general, así que después de ver las diferentes opciones, vi un perro recién importado a Francia desde Japón, Kensei Go Okayama Nishioota, Kensei era sin duda una rareza en esos tiempos, era un perro muy moderno para aquella época, con una construcción impresionante, perfecta, y una cabeza preciosa, su expresión no era muy bonita, pero el perro en conjunto desprendía calidad por los cuatro costados y tenia eso que en el akita se conoce como dignidad, esa fachada de autosuficiencia de majestuosidad que caracteriza a esta raza, y que no todos lo poseen, ese valor interno, del que los japoneses hablan…
Contactamos con su propietario Patrick Suard, La Valles des Dragons Sacres (D’obakosow) y después de rechazar el cruce en varias ocasiones y pienso que debido a nuestra insistencia accedió finalmente, así que nos fuimos a Paris, con el convencimiento de mejorar la raza en nuestro país importando la línea de este gran perro, y también dándole vueltas a si una monta de un perro se podía cotizar tanto como lo que estábamos dispuestos a pagar.
Una vez allí y después de un largo pero divertido viaje, llegamos, tengo que decir que después de muchos años y de haber visitado muchísimos criaderos por Europa y Japón, nunca he visto tantos perros de calidad y tan bonitos como los que criaba Patrick Suard en aquella época.
Una vez que llegamos nos propusimos que los perros se conocieran y disponer para la monta, resulto del todo infructuosa, ya que Nakie siempre fue una perra mas consentida de lo normal y Kensei tenia un carácter muy fuerte que se torno en una incompatibilidad manifiesta para la cruza.
Ante nuestra decepción se opto por una inseminación que también resulto infructuosa.
Ese mismo viaje pudimos conocer en el criadero Francés a un joven Kirinji, fue amor a primera vista, quien haya conocido a este perro no podrá decir nunca que lo haya dejado frío, pues a día de hoy es difícil ver en nuestra raza un perro tan bien echo como lo fue el.
Con todo lo dicho, y después de volver a casa, decidimos solicitar nuestro afijo, para que esos cachorros naciesen con muestro nombre, pero como comento arriba, Nakie no quedo preñada de Kensei y tuvimos que esperar un año mas hasta que naciesen nuestros primeros tsunayoshis.
Con Nakie vacía, y con la imagen de aquel perro de nombre Kirinji todavía rondándonos la cabeza, decidimos que ese perro tendría que ser nuestro y así fue, contactamos con Patrick y lo convencimos para que nos confiase a Kirinji, y así nació La Senda de Tsunayoshi en septiembre de 2005.
Kirinji y Patrick Suard, Paris diciembre 2005