Hace ya mas de diez años, nos decidimos por la cría de una raza de perro, el akita-inu un raza de origen oriental que nos cautivo por su belleza y nos engancho por su carácter al tener tan impreso, en su comportamiento, su país natal Japón.
Cuando decidimos poner nombre a nuestros perros, quiero decir tener nuestro afijo, el nombre que llevarían todos los cachorros nacidos en nuestra casa, estuvimos pensando mucho y después de mucho buscar, conocimos al shogun T´sunayoshi, o shogun perro.
Corría el año 1690 cuando el shogun Tokugawa T´sunayoshi puso en orden directa a todos los animales bajo su protección y muy especialmente a los perros, desde los perros callejeros hasta los perros de la corte entraban bajo su protección.
Aunque T´sunayoshi no fue muy querido por sus súbditos debemos de hacer referencia que fue uno de los promotores por la mejora de las leyes en defensa de los animales, siendo el pionero en dictar la ley sobre la defensa de los mismos, “ La compasión hacia todas las criaturas vivas.
T´sunayoshi no solo se limito a hacer de esta ley en referencia a los animales si no también a los bebes y ancianos que solían ser abandonados con frecuencia, a los vagabundos y mendigos y también colaboro a mejorar las leyes de los reclusos.
La idea fue la de promover la compasión y mejorar la coexistencia entre todos los seres humanos y especies.
Así sus leyes fueron siempre adelantadas a su tiempo.
Después de conocer la historia de este Shogun nos tuvimos duda de cual iba a ser nuestro afijo y cual iba a ser el nombre que llevarían todos nuestros cachorros.
La Senda de T´sunayoshi, en honor a este shogun adelantado a su tiempo.
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